Hoy hemos quedado con nuestro gran amigo Salvador Enrique Cebolla, cura párroco de Benissa, quien nos ha citado en el Convento de este municipio.

Al entrar por su puerta el olor a humedad invade nuestros sentidos y en nuestra visita por estas bellas instalaciones nos sorprenden alguna que otra grieta, de grandes dimensiones, cristales y parte del tejado roto. Una típica situación de abandono al cerrar los inmuebles y quedar en el olvido.

Cabe recordar que, tras 404 años en funcionamiento, un mes de junio de 2017, se anunciaba su cierre por falta de vocación.

Pues bien, ahora Salvador Enrique Cebolla ha querido compartir con nuestros lectores su alegría, ya que a mediados de julio recibió la sorpresa de que el Arzobispado de Valencia había firmado un convenio por el cual la iglesia del Convento se cedía a la Parroquia benissera por 15 años.

Aquellos que tenemos la suerte de conocer bien a nuestro cura sabemos que rápidamente se pondría manos a la obra, y nunca mejor dicho, pues se ha puesto en contacto con el constructor para que arregle los desperfectos para que vuelva a estar todo en perfectas condiciones.

Ah y a todo esto, nuestro cura tiene claro que volverá a abrir un día a la semana, seguramente los sábados, las puertas del templo para que sus feligreses puedan volver a sus misas que ahora tanto echan de menos.

El Convento volverá a relucir como el primer día, un edificio tan bello y en ese lugar tan emblemático que se ubica de Benissa.

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