Dicen que el rostro es el espejo del alma y nuestras miradas se dirigían al párroco de la Basílica de la Purísima Xiqueta quien irradiaba felicidad por los cuatro costados. Salvador Enrique Cebolla sigue ganándose el corazón de los benisseros, quienes solo tienen alabanzas sobre su persona.

Y es que el imparable cura es el gran responsable de que la iglesia benissera se haya convertido en Basílica. Una buena nueva que llega ya no solo a Benissa, sino a toda la comarca y a la Diócesis a la que pertenece, ya que pasa a ser la séptima después de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, la Basílica de San Vicente Ferrer, la iglesia Catedral-Basílica Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia, la Basílica parroquial de San Jaime Apóstol de Algemesí, la iglesia colegial Basílica Santa María de Xàtiva y la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en Valencia.

Una Marina Alta que no quiso perderse este hecho histórico y que junto a los benisseros sumaron casi el millar de asistentes abarrotando el templo y superando incluso el cuarto domingo de abril, el día de su patrona.

Una emotiva misa que presidió el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien aseguró que la concesión de este título “es un don y un regalo que permite un vínculo especial con el Papa y que hará reavivar vuestra fe para ser verdaderamente misioneros para llevar el anuncio sin ningún temor, sin ningún miedo, sin ningún complejo a los demás” y añadió “que se note en toda la diócesis que Benissa ha recibido este vínculo especial con el que nos preside en la fe, en la caridad, en la esperanza: el Papa Francisco”

Desde El Mirall de La Marina nos sumamos al agradecimiento a Salvador Enrique Cebolla por todo lo que está haciendo por su parroquia, por su pueblo y por nuestra comarca y que en unos meses volverá a ser noticia, ya que la Basílica verá coronado su proyecto inicial con las dos agujas que se construirán en sus campanarios.