Son las 12 del mediodía de un día de la semana cualquiera donde llegan a puerto los marineros de Moraira con sus tradicionales embarcaciones y sus capturas del día. Sus rostros y manos reflejan el cansancio de este oficio tan duro y a la vez tan apasionante, como es salir todos los días a faenar por su Mediterráneo y conseguir que este oficio tan antiguo y seña de identidad de Moraira no se pierda a través de los años.

Fotografía: Carlos Giménez Tarín

Con este reportaje www.elmiralldelamarina.es pretende homenajear a estos hombres e intentar reflejar a través de las palabras cómo es el día a día de este oficio que ha pasado de generación en generación. Para ello, conversamos con “Los Noguera”, Juandi, Miguel y el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Moraira, Diego Noguera.

Ellos son la tercera generación de una familia vinculada al mar, donde han visto cómo se ha ido reduciendo las personas que se dedicaban a este oficio y hoy en día en Moraira tan solo quedan 7 marineros y tres embarcaciones.

Estos pescadores viven junto al mar y a su lado han crecido. En el caso de Diego Noguera desde hace 35 años es su fuente de vida. De su abuelo y su padre aprendió el oficio marinero y ahora, junto a sus primos, se dedican día a día a trabajar duro en una profesión donde apenas hay vacaciones. Un marinero de tradición, vocación y profesión.

Fotografía: Carlos Giménez Tarín

“La pesca y el mar para nosotros es todo, nuestro medio de vida, no podemos pasar sin el mar”, apunta Diego Noguera, quien relata cómo desde bien pequeño se adentró en este mundo a los 13 años, aunque todos los veranos y vacaciones escolares se iba a pescar con su abuelo y su padre y así pasaron los años.

Fotografía: Carlos Giménez Tarín

Una profesión muy sacrificada, en la que su sueldo está sujeto a las capturas. En invierno suelen salir a faenar sobre las 7 de la mañana y en verano sobre las 3 o las 4 de la madrugada. Así que de lunes a viernes estos 7 marineros salen a trabajar en su zona, que se comprende desde el Peñón de Ifach al Cap de La Nau respetándose todos los marineros de los pueblos vecinos.

En Moraira el arte de pesca tradicional es el “tresmall” formado por tres redes de diferente trama superpuestas, de manera que el pescado queda enredado. Un oficio que se rige por épocas, la de pulpo comienza en diciembre y finaliza el 30 de junio, explica Diego Noguera, quien comenta que “se capturan con los tradicionales “cadufos” que ahora son de plástico biodegradable y dependiendo del año se pueden capturar entre 25.000-30.000 kilogramos. Es una de las temporadas más grandes que tenemos”.

Fotografía: Carlos Giménez Tarín

Le sigue la temporada del bonito en invierno, que dependiendo del año se pueden coger hasta 6 toneladas al mes, donde también se pesca la “lecha”, “bacora” o “llampugues”. Y en verano llega el producto estrella y el más identificativo de Moraira el salmonete, “moll de roca”, que pueden recogerse unas 5 toneladas, ya que son pocos meses, y la langosta.

Foto extraída Internet

Los pescadores de Moraira antes vendían todo su producto en la tradicional subasta que hacían en La Lonja de Pescadores, un atractivo turístico ya que los compradores podían pujar, pero que hace unos años se suspendió al aprobarse una nueva regulación, y ahora lo comercializan principalmente en la subasta de Dénia, pero también en Calp, La Vila o Xàbia.

Fotografía: Carlos Giménez Tarín

Para Noguera, el contra de este oficio es que cada vez es más complicado encontrar a gente que quiera pescar básicamente por el sueldo y por lo sacrificado que es. “Los jóvenes quieren saber qué van a cobrar cada mes y aquí depende de lo que se captura, por lo tanto, no hay futuro a largo plazo para la pesca en Moraira. Después de nosotros no viene nadie más”.

Una lástima ver cómo un arte tan tradicional y vivo como es la pesca de Moraira y sus marineros tienda a desaparecer y con él historias, generaciones y un apasionante oficio.

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