Muchos son los que prefieren este año cambiar el turismo de sol y playa por el de interior y recorrer los bellos municipios de nuestra comarca. Benissa es uno de los pueblos que puede presumir de las dos ofertas turísticas y de tener uno de los más bellos y cuidados cascos históricos.

Callejuelas estrechas y empedradas que hacen que el visitante se meta en la máquina del tiempo hasta retroceder al medievo.

Unas rutas para descubrir los rincones más bellos de Benissa y que son un clásico cada verano, aunque este llega con una novedad: a la gorra y las zapatillas cómodas hay que añadirle la inseparable mascarilla que nos protege a nosotros y a los demás.

CERCA DE 200 TURISTAS PARTICIPAN DE LAS RUTAS GUIADAS

En julio han sido todo un éxito y en agosto lo han vuelto a ser. Todos los viernes a las 19.30  horas en castellano, mientras que los sábados 1 y 15 a las 10 de la mañana tendrá lugar en inglés y el 8 y 22 a la misma hora en francés. Este año, y a pesar del aforo límitado por la COVID19, han participado de ellas cerca de 200 turistas.

EMPIEZA EL VIAJE POR BENISSA

La ruta comienza en uno de los lugares más importantes y bellos de Benissa donde se encontraba la Iglesia-Fortaleza de San Pedro, construida en el S. XVI, posiblemente sobre los restos de una mezquita árabe del S. XIV, para la celebración del culto cristiano (entre 1550 y 1570), con funciones claramente defensivas debido al espectacular aumento de los ataques piráticos que se produjeron durante el período en todo el litoral mediterráneo.  Además, también podemos apreciar una réplica del portalón de entrada a la iglesia.

Alrededor de la antigua Iglesia-Fortaleza de San Pedro y a lo largo de la calle Puríssima fueron construyéndose las casas de las familias importantes de Benissa, sobre todo en el siglo XVIII. Entre las más interesantes podemos contemplar la Casa de los Andrés y la de Pere Bigot, hoy convertidas en Sede de la Universidad de Alicante en la Marina Alta, con una amplia oferta formativa.

Siguiendo nuestro recorrido y a tan solo unos pasos nos encontramos con la Sala del Consell cuya función principal fue la de almacén para la contratación y venta del trigo, comercio que era trascendental en época medieval. También fue utilizada como Casa de la Villa (lo que hoy sería el Ayuntamiento) alojando en sus estrechas salas al Consejo, el archivo, la prisión y los cargos administrativos de la época. Ya en el siglo XX sirvió como escuela unitaria (de Primeras Letras y Academia de Bachillerato). En su interior se conserva una máquina para mondar almendras, inventada y patentada por el industrial local Silvestre Ivars, que obtuvo un gran éxito en los años 30.

Justo enfrente se encuentran Les cases del Batlle llamadas así porque en ellas residía el alcalde de la Vila de Benissa, está formada por dos casas de la Calle Puríssima n.º 38 y la n.º 40. En ella se ubica actualmente la Biblioteca Municipal Bernat Capó y l’Espai d’Art Contemporani Salvador Soria, que alberga la colección municipal de obras ganadoras del Certamen de Pintura que lleva el nombre del artista fallecido en Benissa.

Nos desviamos de la calle la Puríssima a la que volveremos para visitar la Casa Museu dels Abargues. Una casa palaciega de los siglos XVIII-XIX.  Sobre su puerta se puede apreciar el escudo heráldico familiar que, aunque no es el primitivo, sí se trata de una réplica exacta del original, en él vemos dos abarcas que dan nombre a este linaje. El interior está repleto de ese ambiente nobiliario de la época; con sus escudos heráldicos, sus escaleras nobles, sus comedores privados, la antigua cocina o establo, los múltiples almacenes para almacenar productos agrícolas, la capilla privada de la familia o las estancias y dormitorios del servicio.

Y a su salida, nos llama la atención el color rosado del Casal Jove. Se trata de una construcción posiblemente de la segunda mitad del siglo XVI, que ha sufrido numerosas reformas. En sus orígenes su uso estuvo destinado fundamentalmente a funciones administrativas y comerciales: las plantas altas servían, por una parte, para almacenar trigo (El Pósit) y, por otra como Sala del Consejo y Corte de Justicia. En los bajos, abiertos a modo de lonja, se celebrarían mercados. En las partes inferiores se situarían las prisiones (de hecho, en el sótano de este edificio se conservan algunos grafitis con figuras de barcos que pudieron ser realizados por piratas apresados). Actualmente, estos grafitis están tapados y no pueden ser visitados.

Antes de finalizar nuestra visita tenemos que hacer una parada obligada para visitar la Casa de Juan Vives en la que cuenta una anécdota que los dueños hospedaron a dos peregrinos que, al dejar la casa y como muestra de su agradecimiento, regalaron a los dueños la imagen milagrosa de la Puríssima Xiqueta. Esta familia empezó a notar que estaban ocurriendo algunos milagros y se lo comunicaron enseguida al cura. En 1864 la Puríssima Xiqueta fue oficialmente proclamada Patrona de Benissa.

Y la otra vista obligada es el monumento a su Riberer ejemplo de uno de las tradiciones más benisseras. Durante siglos fueron muchos los benisseros que, dos veces al año, se desplazaban caminando hasta los campos de la Ribera del Júcar, en la provincia de Valencia, para trabajar como emigrantes temporales en el cultivo y la recolección del arroz para poder así obtener unos ingresos que cubrieran las necesidades que sus tierras de secano no les ofrecían.

En el camino viejo de Valencia existía una gran roca desde la cual se divisaba, por última vez en la marcha, el campanario de la vieja iglesia fortaleza. Allí, las cuadrillas de ribereros o «blavets» (como los llamaban porque solían ir vestidos con un blusón de color azul) se detenían y rezaban una Salve en petición de protección como despedida de su pueblo hasta su regreso (Esta imagen es la que representa el Monumento). Para el viaje llevaban un capazo de palma en el hombro que contenía embutidos secos, salazones, panes amasados por la madre o esposa en hornos de leña. La ropa que llevaban era toda remendada.

Llegamos al final de la ruta que nos ofrecen desde el departamento de Turismo de Benissa, la conocida popularmente como Catedral de la Marina que nos traslada a la primera década del siglo XX (1902) cuando se inician las obras de construcción del nuevo Templo Parroquial de la Puríssima Xiqueta, cuyo centenario de la colocación de su primera piedra fue en el año 2002. Gracias a la donación de algunos particulares y a la colaboración de todos los ciudadanos de Benissa, en 1929, pudo inaugurarse la nueva iglesia que, años más tarde, sustituirá a la vieja Iglesia Fortaleza de San Pedro Apóstol.

Se trata de un edifico de estilo neogótico, de tres naves, en el que destaca la belleza de su cimborrio central – claraboya del interior de la iglesia, en el centro del crucero- y su altar, donde destaca el relicario que contiene la tablilla pintada con la imagen de la Puríssima Xiqueta, atribuida a la escuela del pintor Juan de Juanes.

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