Con toda probabilidad la próxima semana el municipio de Benissa comenzará las obras de remodelación de una de sus joyas arquitectónicas del S.XVI, la “Sala del Consell” conocida popularmente como la Llotja, a través de una subvención recibida de 267.846,95 euros de la Consellería de Vivienda y Arquitectura Bioclimática para la finalización de las obras de musealización de la Llotja.

Así lo ha constatado el alcalde, Arturo Poquet, junto a su equipo de gobierno, en un encuentro informativo con los medios de comunicación para hacer balance de los dos primeros años de la presente legislatura, donde se ha mostrado satisfecho “al llegar al ecuador del mandato con más del 70% del programa ejecutado”.

Poquet ha señalado que hoy se firma el acta de replanteo, y con toda seguridad, la próxima semana arrancarán las obras de remodelación de la Llotja.

Una acción enmarcada dentro del programa “Reconstruim Pobles” con el que se pretende ayudar a los pequeños municipios de la Comunitat Valenciana a asumir inversiones que puedan mejorar el estado de algunas de sus edificaciones emblemáticas y singulares.

El alcalde ha explicado que este proyecto es bianual con dos fases de ejecución y se espera finalizar este proyecto a principios de 2022, al tiempo que ha afirmado que “con esta inversión vamos a poder adecuar la Llotja, un edificio característico que pertenece a nuestro patrimonio arquitectónico y cultural”.

En ese sentido, su socio en el gobierno Isidor Mollà (CIBE), matizó que una vez finalizadas las obras comenzará el proyecto de musealización que le dará mucha fuerza al casco histórico desde el punto de vista turístico. “El resultado final creo que será muy bueno porque se han puesto todos los medios”, ha resaltado.

La Sala del Consell ha tenido mucha historia, ya que fue un edificio cuya función principal fue la de almacén para la contratación y venta de trigo, comercio que era transcendental en la época medieval. También fue utilizada como Casa de la Vila (lo que hoy sería el Ayuntamiento), alojando entre otras salas el archivo e incluso la prisión.

En el siglo XX fue una escuela unitaria de Primeras Letras y Academia de Bachillerato. En su interior se conserva una máquina para mondar almendras, inventada y patentada por el industrial local Silvestre Ivars. Y, en la actualidad, visita obligada si te acercas a Benissa.

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