Ellos son Vicente Cuello Oller y Dani Cabrera Tent
Septiembre en Teulada Moraira y Benissa es el mes de excelencia de la uva moscatel. Es tiempo de recoger de los campos esa apreciada uva para comercializarla, y desde www.elmiralldelamarina.es, hemos querido entrevistar a dos jóvenes agricultores que tienen mucho en común, Vicente Coello Oller y Dani Cabrera Tent.
Ambos son unos apasionados de su profesión, son agricultores, jóvenes y la tercera y quinta generación, respectivamente. Tanto Vicente como Dani han saboreado este oficio de bien pequeños y aunque se formaron en otros campos el destino les condujo a seguir las huellas de sus antepasados.
Conversar con ellos es impregnarse del amor y pasión que tienen a la tierra y al cultivo de uva moscatel. Un oficio duro, sacrificado, que depende mucho de las condiciones meteorológicas y al que hoy en día son pocos los jóvenes que se dedican. El Mirall de la Marina pasó una jornada laboral con ambos para charlar.
DANI CABRERA TENT, BENISSA
Dani Cabrera, de 31 años, es la quinta generación de “Uvas Cabrera”. Desde bien pequeño lo tenía claro, él quería dedicarse a lo que había visto hacer a sus abuelos, María y Vicente. “Una anécdota que guardo en mi retina como si fuera hoy en día, es que yo tenía unos 4 años y todas las tardes me bajaba con mi abuelo al almacén. Nos sentábamos y veíamos cómo cargaban el camión, sabía todos los clientes y dónde iba destinada cada partida”.
Mis padres no querían que me dedicara a esta profesión y me obligaron a estudiar un Grado Superior de Comercio y Marketing, pero yo quería trabajar en la tierra. “A mis amigos de pequeños les castigaban con no jugar a la Play o Nintendo y a mí con no ir al bancal y no coger el tractor (Risas)”, subraya Cabrera.
Para Dani, la tierra y el cultivo de la uva lo es todo. Se ha criado en ella a través del oficio de sus abuelos y luego su padre, Ximo Cabrera. Aunque trabajó en otras empresas, a él le rondaba por la cabeza dedicarse a este oficio, así que un 14 de agosto, cuando tenía 18 años, les dijo a sus padres que quería trabajar en la empresa y así se adentró. De eso ya han pasado 13 años.
ETAPAS DE LA VID
El éxito de un buen producto, en gran medida, es la calidad de su cosecha. Por ese motivo, el secreto está en un esmerado cuidado de la viña y una tutela constante de todas y cada una de las etapas del proceso de crecimiento del ciclo de la vid. Desde “Uvas Cabrera” se encargan de aproximadamente unas 60 hectáreas, trabajan desde la poda, donde se realizan los primeros tratamientos preventivos en las cepas para combatir las plagas y enfermedades de la planta; poda en verde (desmondar) para limpiar las malas hierbas de las viñas; sulfatar los campos y la labranza.
Y así a principios de agosto, la uva está lista para ser vendimiada y posteriormente comercializada en mercados como Madrid, Barcelona y el norte de España, comenta Dani Cabrera, una temporada que finaliza a mediados de octubre y se estima una recolecta de aproximadamente 300.000 kilos. “Este año la temporada está siendo muy buena, la calidad de la uva es excelente y el tiempo nos ha acompañado, porque yo siempre comento que nuestro trabajo realizado al cien por cien, se ve afectado en un 50 por ciento por las condiciones climatológicas que tengamos. Es así, el tiempo lo marca todo”, recalca este joven agricultor.
Para Dani, el campo es “una forma de vida, mi pasión. Para mi es más duro pasar un día en la oficina, que estar todo el día trabajando en el campo y cogiendo el tractor”.
VICENTE COELLO OLLER, TEULADA MORAIRA. PRESIDENTE ASSOCIACIÓ AGRICULTORS DE RAÏM MOSCATELL TEULADA
Vicente Coello, de 34 años, es la tercera generación de “La Falla”. Al igual que Dani se ha criado en este oficio, ya que desde bien pequeño iba al almacén donde sus padres trabajaban la vid y al campo a ayudar en vacaciones.
Al cumplir la mayoría de edad, Vicente continuó sus estudios diplomándose en Educación Física y luego en Educación Social. “Al finalizar las carreras comencé a opositar, pero vino una crisis económica y no salían plazas. Mi padre iba a jubilarse y decidí seguir con el negocio. Una decisión de la cual no me arrepiento para nada”, comenta Vicente.
Para Vicente, “este oficio, al que lleva dedicándose unos 6 años, es duro, pero muy gratificante. Disfrutas de la naturaleza, del aire libre, sin horarios establecidos, ni jefes. Tienes plena libertad, algo que valoro mucho”.
Al igual que Dani Cabrera se dedican a lo largo de todo el año a trabajar los campos de cultivo de uva moscatel para vendimiarlos. Una temporada que arrancó el 8 de agosto y finaliza la primera semana de octubre y recolectan entre 70.000-80.000 kilos.
“Este año la temporada ha sido muy buena, a pesar de que ha disminuido la cantidad debido a que en la época de floración hizo muy mal tiempo, la calidad de la uva es excelente”, apunta este joven agricultor, quien destaca que sus principales mercados de destino son Madrid y Barcelona, último mercado al que comercializa con la marca “La Xiqueta”.
Tras pasar una jornada con Dani y Vicente podemos asegurar que estos dos jóvenes disfrutan con su trabajo. Gracias a ellos y a las personas que se dedican a este oficio en ambas localidades, podemos seguir contemplando nuestro rico patrimonio artístico que dibuja un tapiz de vegetación y viñedos, algunos de ellos bañados por el azul del Mediterráneo, donde da su fruto esa variedad de uva moscatel de Alejandría tan apreciada.
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