Las empresas familiares con larga trayectoria como es el caso de Cristalería Benissa tienen su propia alma e historia. Años de dedicación, esfuerzo y lucha, y que mejor que conversar con Paquita Pastor Ivars, viuda de Josep Estupiñá, quienes en el año 1971 abrieron una pequeña cristalería en el centro de Benissa.

Paquita Pastor, madre de tres hijos, Xavier, Joanjo y Santi, y abuela de siete nietos y nietas, nos recibe en su casa. Risueña, enérgica, trabajadora y siempre a la disposición de sus hijos y nietos, con quienes pasa largas horas en esta nueva faceta de su vida de jubilada.

Con ella viajamos en el tiempo para conocer cómo fueron esos inicios de esta gran empresa. Nos cuenta que todo comenzó en un viaje que hizo a Villafranca del Penedès donde allí conoció al que sería su marido. Él era ya cristalero y trabajaba en esta localidad provincia de Barcelona, y en un principio establecieron su domicilio allí. Pero los viajes a Benissa eran cada vez más asiduos para ver a su familia y que su hijo mayor pudiera también estar con sus abuelos y tíos.

“Entonces mi padre nos dijo que por qué no nos veníamos a venir a Benissa, algo que también le gustó a mi marido, porque le encantaba el clima y la zona.  Buscamos un local para abrir nuestro propio negocio y con la ayuda de constructores, familiares y empresarios de este municipio que nos ayudaron, poco a poco fuimos adquiriendo nuestra propia clientela”, relata Paquita. Y sobre 1974 compramos esta vivienda y trasladamos la cristalería al sótano de la casa, así “podía compaginar las labores del hogar y a su vez ayudar en la cristalería”.

Anécdotas de Cristalería Benissa

Transcurrieron los años, en el que Paquita los recuerda con mucha satisfacción, ella junto a su marido trabajaba y se encargaba de la atención del cliente y de la enmarcación. “Mi gran preocupación era que siempre hubiera alguien en casa para recibir al cliente y poder solucionar el problema”, afirma. “El primero que se incorporó al negocio fue mi hijo Xavier con tan sólo 14 años, recuerdo que el maestro nos decía que era un error, porque con lo inteligente que era, abandonar los estudios no era lo mejor, pero mi marido lo necesitaba”.

Son muchas las anécdotas que ha vivido esta familia, pero la que más recuerda Paquita es que “lo más impactante es que al principio mi marido no tenía carnet de conducir y mi hermana sí, por lo que compramos una furgoneta pequeña y era ella la que nos llevaba para realizar las tareas. Luego ya se lo sacó”, nos cuenta entre risas.

Pero “lo peor fue cuando mi marido falleció en 1988, que gracias a la ayuda de muchas personas lo fuimos superando ya que mis hijos Joanjo y Santi eran pequeños, pero mi hijo mayor luchó mucho y lo pudimos superar y hoy en día es un gran orgullo que los tres se dediquen a esta empresa, porque aunque son diferentes se complementan muy bien”, dice Paquita con rostro de satisfacción.

Paquita también tiene palabras de elogio para su hijo mayor Xavier, “ha sido una persona que no ha tenido miedo a nada, ha luchado mucho, ha superado varias crisis económicas, no ha parado de formarse y es un grandísimo gerente. Estoy muy contenta al igual que con los otros, porque cada uno de ellos tiene su papel en la empresa, trabajan mucho y se ayudan los tres”.

Ahora la alegría más inmensa, comenta, es que “mis nietos tomaran el relevo, sobre todo mi nieta mayor Andrea que ya estudia Diseño, porque si ella empieza luego ya irán animándose los demás. Estoy segura”.

Con esta mujer, Paquita Pastor, pasaríamos toda la tarde conversando y conociendo todos los entresijos de esta empresa familiar con 47 años de vida. Como prueba de ello la entrevista que hicimos en su día  https://elmiralldelamarina.es/cristaleria-benissa-47-anos-tradicion-empresarial-familiar/