¿Por qué los productos ecológicos están de moda? ¿Es más sano consumir estos productos? ¿Qué hay de mito y realidad? Son algunas de las cuestiones que nos planteamos dado que el consumo de estos productos es cada vez mayor.
Cada vez somos más conscientes que una buena alimentación ayuda a prevenir enfermedades y los productos ecológicos libres de pesticidas son una alternativa para prevenir enfermedades relacionadas con el corazón, la diabetes e incluso el cáncer.
Pero es cierto que cada vez más la “fiebre” por lo Bio ha proliferado mucho en la sociedad, y muchas cadenas alimenticias convencionales han incluido en sus estanterías algunos productos ecológicos a precios bajos a diferencia de los que normalmente se pueden encontrar en herbolarios o tiendas especializadas. Curioso ¿no?
El Mirall de la Marina ha querido esclarecer algunas dudas sobre el por qué los productos ecológicos están de moda. Para ello, hemos hablado con la Nutricionista y Coach de Teulada, Ana Signes, quien nos ha comentado que la población tiene una mayor inquietud por opciones más saludables tras el aumento en los últimos años de ciertas enfermedades. Cada vez hay más niños que nacen con algún problema, ya sea algún tipo de intolerancia alimentaria, patologías de la piel…etc. Esto quiere decir que de alguna manera vamos traspasando nuestro estilo de vida a la información genética.
Al factor de la alimentación hay que sumarle el estilo de vida, el estrés, la contaminación, el elevado consumo de productos ultra procesados y que estamos rodeados de ondas electromagnéticas (ordenador, móvil, redes wifi…), enfermedades, cáncer… “Todo ello hace que la población se interese en prevenir y mejorar la calidad de vida”, apunta la nutricionista.
La ciudadanía busca cada vez más este tipo de alimentos, pero ¿qué hay de mito y qué hay de realidad? Se han creado dos polos opuestos entre la población sobre la opinión de este tipo de productos, porque según a quien escuchemos, explica la nutricionista, le daremos la razón o no.
Signes comenta que “desde un punto de vista congruente podemos valorar que sean productos más saludables al no estar cultivados con sustancias químicas artificiales, pero nadie nos puede afirmar que los productos ecológicos certificados sean saludables al 100%”. El certificado correspondiente sólo indica que el producto se cultivó de acuerdo con los principios de la agricultura ecológica. Por lo tanto, el Departamento de Agricultura de EE.UU., responsable de la introducción de un sistema de certificación en el país, precisa que el icono de «eco» no significa que el producto sea más útil o de mayor calidad.
La agricultura ecológica se basa, esencialmente, en un principio clave, que estipula que «la química» creada por el hombre (por ejemplo, fertilizantes artificiales y los productos de protección de plantas) es perjudicial y mala por naturaleza.
Sin embargo, aunque los productos ecológicos contienen menos químicos para su cultivo la normativa de la UE permite el uso de 26 de los así llamados «plaguicidas ambientales».
Se dice que al no emplear productos químicos, la agricultura y la ganadería ecológica, no contamina con productos artificiales al medio ambiente. Esta afirmación no es del todo cierta, porque no todos los pesticidas y abonos naturales son inofensivos para el medio ambiente, como es el caso de los purines o el alpachín (residuos orgánicos, vegetales o animales).Estos compuestos son uno de los principales focos de contaminación del agua en zonas rurales, explica la profesional.
¿Es más sano consumir estos productos?
No podemos decir que sean más o menos sanos, ya que no existen estudios científicos que nos avalen su mayor salubridad. Llegar a decir que son más saludables puede llevar a la confusión de que los productos convencionales sean poco seguros.
Como profesional y como consumidora pienso que los extremos no son buenos. En cierto modo estamos enfrentando lo natural con lo artificial y ni lo natural es sinónimo de saludable 100% ni lo artificial lo es de peligroso o dañino.
Pongo un ejemplo, en la patata existe una sustancia llamada Solanina. Esta sustancia en grandes cantidades es tóxica para el organismo, pues bien, en la patata silvestre esta sustancia tiene una concentración 100 veces más que en la patata doméstica.
Otro ejemplo: La madre de A. Lincoln murió a causa del tremetol presente en la leche de vaca que se había alimentado de un pasto 100% natural.
Por otro lado el uso de conservantes autorizados, aplicados bajo la normativa vigente, es algo inocuo y nos protege de una amenaza natural como por ejemplo en el caso de la toxina botulínica o estafilocócica.
Mi opinión es que en la actualidad se está haciendo de lo ecológico una marca comercial. Cada vez hay más supermercados que incorporan este tipo de productos e incluso supermercados especializados en alimentación, productos y cosmética ecológica. Que a mi personalmente me parece una buena iniciativa, pero si somos realistas…
¿Cuál es el mensaje que se oculta detrás? ¿Quiere decir que para estar sanos tenemos que consumir este tipo de productos? ¿Se puede llevar a la práctica este tipo de alimentación económicamente?
La nutricionista añade que para saber si un producto es 100% ecológico tenemos que fijarnos en los logotipos que encontramos en su envase. Desde 2010, el sello europeo que identifica a los alimentos ecológicos es un logo que muestra una hoja verde con estrellas llamado “ecohoja”. Este sello nos informa del órgano público que los certifica, y valora el origen del producto, su proceso de fabricación, su elaboración tradicional, el uso restringido de plaguicidas y aditivos químicos, la ausencia de transgénicos u organismos modificados genéticamente (oMG), el bienestar animal y el uso responsable de los recursos naturales. Debajo de la “ecohoja” podremos leer un código de la entidad de control que certifica el producto. Este sello oficial garantiza al consumidor que los alimentos que ha adquirido han seguido unos criterios mínimos comunes de producción ecológica estipulados por la UE.
En cuanto a los productos alimenticios, ¿es lo mismo ecológico, orgánico, biológico o sostenible?
Aunque estos conceptos tienen muchas características en común, existen algunas diferencias entre ellos.
Ecológico
Los alimentos ecológicos son aquellos que desarrollan todas sus etapas de crecimiento y producción en la naturaleza y sin intervención artificial. Es decir, para que una hortaliza sea ecológica la semilla tiene que ser ecológica, la tierra y el agua descontaminada, se aprovechan las condiciones naturales para el desarrollo como el clima o el suelo y no se usa ningún fertilizante ni pesticida químico.
Biológico
Los productos que llevan la leyenda Bio, se destacan porque no contienen ningún componente que haya sido alterado genéticamente. Es decir, cualquier producto al que no se le haya realizado ninguna intervención en laboratorio para conseguir el resultado final, tal como puede suceder con algunas frutas o verduras para lograr mejor color, volumen o duración.
Orgánico
Especifica que no se ha realizado ninguna intervención química para lograr un desarrollo óptimo. Un alimento etiquetado como orgánico asegura que no se han usado pesticidas, fertilizantes u otras sustancias similares.
No obstante, hay que aclarar que no todos los alimentos orgánicos son Bio, ya que puede ser que no contengan químicos pero que estén elaborados con productos manipulados genéticamente, como pueden ser las frutas de un dulce o las uvas de un vino.
Sostenible
El término “sostenible” es más amplio y por tanto, menos restrictivo, puesto que relaciona dos factores importantes, por un lado el respeto al medio ambiente y por otro, el económico. Un producto sostenible, aunque entiende el respeto al medio ambiente, tiene como criterio principal el bienestar de las personas.
La agricultura sostenible, por ejemplo, antes de llegar a alcanzar un proceso de cultivo ecológico al 100% prioriza que los productores puedan sacar beneficios económicos para mejorar la economía local.
En la sociedad hay una gran controversia sobre si la comida ecológica es un timo o es realmente un factor para tener mejor salud y prevenir ciertas enfermedades. La nutricionista Ana Signes opina que en la actualidad existe mucho miedo a la enfermedad, porque cada vez hay más personas afectadas.
Estamos centrados en la alimentación cuando realmente se trata de un conjunto de factores. Si analizamos, antes no había tanto estrés, la vida era mucho más tranquila, se comían alimentos menos procesados y todo era de temporada…. Ahora nuestro ritmo de vida es totalmente lo contrario. Cuando en consulta pregunto acerca de cómo es la alimentación del paciente, son muchos los que me dicen “Como rápido y cualquier cosa”. Detrás de cualquier cosa, hay productos comestibles que nada tienen que ver con alimentos de verdad y esto al final pasa factura.
Sinceramente, no creo que usar productos y alimentos ecológicos de forma asidua nos aleje de la enfermedad si no contemplamos otros cambios en nuestro estilo de vida. Como por ejemplo gestionar bien el estrés, la ansiedad, practicar actividad física, descansar de manera adecuada, hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, necesitamos planificar las comidas, organizar la compra y hay que cocinar un mínimo. Hay que recordar que somos personas no máquinas.
Lo fundamental y esencial es que comiendo bien fomentaremos la prevención de la enfermedad. El mantener unas pautas alimentarias y de vida saludables es sinónimo de salud, apunta Signes, quien subraya que con ello podemos estar más lejos de la enfermedad, pero no inmunes a ella y en el caso de que esta se presente con una buena alimentación se podrá afrontar mejor.
A su juicio, comer bien no significa que tengamos que consumir productos ecológicos. Quien tenga la posibilidad de comprar este tipo de productos, su sello garantiza que su vida de cultivo, producción y elaboración ha sido congruente con la normativa que así los regula. Pero en el caso de que no se pueda porque su coste es elevado, podemos llevar unos hábitos alimentarios saludables incluyendo en nuestra alimentación alimentos de proximidad y de temporada.
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