En Teulada es tiempo de moscatel y desde www.elmiralldelamarina.es hemos querido conversar con una familia muy arraigada que trabaja desde hace muchos años en el cultivo de uva moscatel. Juanjo Buigues Ivars conocido por todos como “Nadalet” es la segunda generación de uvas “Rosalía”.

Junto a él nos adentramos por unos campos de vid del término municipal para conversar. Un joven apasionado de su profesión que ha seguido las huellas de sus padres, Juan Buigues y Josefa Ivars. Un matrimonio que comenzó a trabajar la uva en el año 1986, si bien sus abuelos maternos y paternos ya eran agricultores.

Juanjo lo lleva en la sangre y eso se nota mucho al hablar con él, como defiende la tierra, ese amor y pasión al cultivo de uva moscatel. Un oficio duro, sacrificado, que depende mucho de las condiciones meteorológicas y al que hoy en día son pocos los jóvenes que se dedican.

23 AÑOS DEDICADOS A ESTE OFICIO

Juanjo tiene 42 años y a los 19 años se adentró en este mundo. 23 años dedicados a este oficio, que ahora dirige con la ayuda de sus padres, ya que su padre está en la tierra y su madre es la encargada del almacén.

Comercializan con las marcas “Rosalía”, el nombre de su hija, “Nadalet”, «Povil» y una marca muy antigua “Blas Benimeit”, que comenzaron unos agricultores en los años 60 y les traspasaron la marca. También con una marca comercial del País Vasco “Txiki”.

Para Juanjo, la tierra y el cultivo de la uva lo es todo. “Lo que más me gusta de este trabajo es su comercialización. Es muy pesado y sacrificado, pero es una satisfacción ver cómo el producto que has trabajado al largo del año llega a muchos mercados, que lo valoran y aprecian. Eso es un orgullo”.

ETAPAS DE LA VID

El éxito de un buen producto, en gran medida, es la calidad de su cosecha. Por ese motivo, el secreto está en un esmerado cuidado de la viña y una tutela constante de todas y cada una de las etapas del proceso de crecimiento del ciclo de la vid. Desde “Rosalía” se encargan aproximadamente de unas 35 hectáreas, trabajan desde la poda, donde se realizan los primeros tratamientos preventivos en las cepas para combatir las plagas y enfermedades de la planta; desmondar, la labranza y sulfatar los campos.

La temporada fuerte la iniciaron el pasado 3 de agosto y si el tiempo lo permite finalizarán sobre el 12 de octubre. Sus principales mercados son Barcelona, Madrid, Bilbao, San Sebastián, Santander y Pamplona.

Este año hay un poco menos de producción con respecto al pasado año, apunta este agricultor, “porque al venir ese calor tan fuerte lo quemó un poco, pero en general la uva tiene un buen calibre, grano y el sabor espectacular”.

La uva que se cultiva en Teulada es muy especial por su orientación al mar, cuya brisa marina le otorga a esta variedad un sabor y color especial, seña de identidad de un pueblo.

DESEO: QUE SU HIJA CONTINÚE CON EL NEGOCIO FAMILIAR

A Juanjo le encantaría que su hija Rosalía continuara con este oficio. “Estaría encantado que trabajara conmigo, porque hay un mercado abierto, unas marcas y una trayectoria empresarial que sería una pena desaprovecharla”.

Mi principal mensaje sería que “ojalá la gente abriera los ojos y viese que se puede vivir de la agricultura de la vid, pero desgraciadamente la gente joven no quiere trabajar en el campo. Y el mejor jardín es la agricultura es una pena que muchos campos estén abandonados”, recalca.

Tras conversar con Juanjo podemos asegurar que disfruta con su trabajo. Gracias a él y a las personas que se dedican a este oficio, podemos seguir contemplando nuestro rico patrimonio artístico que dibuja un tapiz de vegetación y viñedos, algunos de ellos bañados por el azul del Mediterráneo, donde da su fruto esa variedad de uva moscatel de Alejandría tan apreciada.