Disciplina y perseverancia para seguir después de 53 años en el mundo de la música como profesor y músico. Esa es la premisa que implantó en mí haberme sentado a conversar con el trompetista de Teulada, Joaquín Cabrera, una persona muy comprometida con este arte que desde bien pequeño tanto ama.

Hoy, 22 de noviembre, Día de Santa Cecilia, es un buen día para sentarse bajo las huellas de la historia teuladina en la Sala de Jurats i Justícies y conversar con este músico. Podría sonar de fondo su BSO preferida “Memorias de África” y entre melodía y melodía ilustrar sus respuestas.

Joaquín es de esas pocas personas que a sus 63 años le apasiona su profesión y tocaré la trompeta “hasta que no tenga dientes”, afirma entre risas. Profesor de trompeta en los conservatorios profesionales de Benidorm y Teulada desde hace casi 40 años y 52 años en activo en la Agrupación Musical Cultural de Teulada (AMCT), ya que dos años antes de constituirse la banda ya salía un buen grupo de gente, sin uniforme, a tocar en pasacalles y fiestas.

El amor por la música se lo inculcó su padre, que de bien pequeño iba con él a los ensayos de la banda en los bajos de la antigua Cultural. Su padre tocaba el tabalet y Joaquín comenzó también con este instrumento cuando apenas tenía unos 10 años.

Pero “mi padre siempre me decía, primero hay que aprender solfa y luego tocar. Entonces empecé a estudiar música con el Ti Mas en Teulada y al año me dieron el instrumento. Pero un buen día, el director de entonces, Pepe El Negre vino y me dijo: Joaquín tú sabes demasiada solfa para tocar esto y me dio el fiscorno y me quitó el tabalet”, recuerda Cabrera.

Gracias a Severino Llobell, continúa, que “tenía familiares en Altea me fui a estudiar allí porque había una escuela muy potente que venían profesores de la banda de música de Alicante. Después continué mis enseñanzas en Benidorm y Alicante y cuando cumplí 18 años en Madrid. En el conservatorio profesional de música de Madrid obtuve el título de profesor y regresé a Benidorm al haber una plaza vacante de profesor de trompeta y hasta ahora”.

LA MÚSICA, SU VIDA

La música ha sido su vida desde el año 1973 que forma parte de la Agrupación Musical Cultural de Teulada, si bien en el 71 ya era miembro cuando tocaban sin uniforme en días señalados. 52 años en activo en esta gran familia, de la que su hermana también formó parte.

El músico con más antigüedad que integra esta formación, asegura Joaquín Cabrera, quien solo tiene elogios para ella. “La banda es un lugar de encuentro de todas las sensibilidades del pueblo, nos une a todos ese cariño que tenemos por y para la música. Además, es muy gratificante ver que alumnos tuyos han seguido sus estudios profesionales y te das cuenta que tu trabajo ha servido para algo”.

En cuanto a las anécdotas que más recuerda en este camino musical siempre le viene a la mente recuerdos de pequeño. “De los primeros profesores que tenía, que ya han fallecido, Pepe l´Orgue, Paqui, el Ti Mas, Pepe el Negre o músicos que le acompañaban. Lo pasábamos tan bien en los pasacalles, había un buen ambiente”, afirma.

“En esa época sí que había pasión por la música, por salir a tocar a fallas o en fiestas, primero era la música, luego la diversión. Antes no había excusas para ensayar, no como ahora que priman los estudios, los exámenes. Todo iba muy rápido. Todos los fines de semanas íbamos a algún concierto o a ver alguna banda que tocaba”, comenta el músico.

LA MÚSICA, SU PASIÓN

Para Joaquín la música significa su pasión y su historia. “Es mi hobby, mi trabajo, mi todo. Siempre estoy tocando o viajando para aprender más música. No sé hacer otra cosa y tampoco quiero hacerla”.

Aunque él es muy modesto, toda su vida se ha empleado a fondo por seguir aprendiendo de los grandes profesionales de Estocolmo, Italia, Francia, Portugal, Suiza, Barcelona o Valencia, entre otros muchos más.

Y cuando le preguntamos qué significa para él la trompeta tajantemente nos contesta “el todo, no concibo mi vida sin ella. Yo me levanto, desayuno y a las 08:30h ya estoy tocando todo lo que puedo hasta mediodía y por la tarde sigo con las clases de 16 a 21h. Así todos los días. Es mi vida y no lo cambio por nada”.

En sus clases intenta transmitir a sus alumn@s la pasión por la música y el estudio constante, porque a la música le debes dedicar muchas horas de estudio. “A medias tintas no funciona a nivel profesional se le debe una gran dedicación”, apunta Joaquín, si bien recalca que ha tenido la suerte de tener grandes alumnos en Benidorm y en Teulada que han terminado sus estudios y han entrado en los números 1 de conservatorios de París, Madrid, Murcia, Mallorca, entre otros.

En cuanto al futuro, Joaquín desea seguir tocando, formándose y reemprender lo que hacía antes de la pandemia, volver a Basilea (Suiza) a aprender de la escuela de música antigua más potente que hay con los grandes profesionales.

Nosotros lo dejamos en su Teulada natal tocando la trompeta, ese instrumento que le ha dado tantas glorias, historias y aprendizaje.

Què sone la música Mestre!!!!!

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