Llega la época estival y con ella aumentan los problemas en la piel causados por la radiación solar. Evita serios problemas con estos consejos
En El Mirall de la Marina queremos que cuides tu piel, ya que con la llegada del verano aumentan las actividades al aire libre y la exposición solar. El sol tiene efectos positivos cuando se toma con precaución porque aporta vitamina D en el cuerpo que ayuda a fortalecer los huesos y tiene efectos beneficiosos en estados depresivos y en el estado de ánimo en general.
En cambio, si se produce una exposición inadecuada, como el querer broncearnos muy rápido y exponer nuestra piel en las horas de mayor radiación de 12 a 16 hr, puede conllevar a efectos negativos.
Una exposición solar inadecuada produce trastornos que pueden manifestarse a corto o a largo plazo, entre los que destacan:
Quemaduras solares, caracterizadas según su intensidad por eritema (enrojecimiento de la piel), inflamación e incluso por la formación de vesículas o ampollas.
Bronceado, producido por la acción de las radiaciones solares sobre los melanocitos que producen un pigmento denominado melanina (pigmento que da color a la piel).
Hiperqueratosis, o engrosamiento de la piel.
Fotoenvejecimiento, o envejecimiento prematuro de la piel por la acción del sol. Se caracteriza por una piel áspera, sin elasticidad, líneas de las arrugas gruesas (surcos), manchas e incluso pequeños derrames capilares (vasos sanguíneos extremadamente finos que recorren la piel). Se estima que el 75% de las arrugas son producidas por la exposición solar.
Alteraciones de la pigmentación, sobre todo aparecen hipercromías (aumento de la pigmentación) entre las que se encuentran las pecas (frecuentes en las personas pelirrojas), los lunares (también denominados nevus) y los melasmas (manchas oscuras de bordes poco definidos, de aparición frecuente durante el embarazo).
Cáncer de piel, relacionado con la exposición al sol en el 90% de los casos. Hoy día se sabe que, el número, frecuencia e intensidad de las exposiciones solares durante la infancia y adolescencia es proporcional al riesgo de aparición de cáncer de piel.
Por ello, es fundamental que te protejas tu piel siempre que vayas a la playa, piscina o vayas a realizar actividades al aire libre durante estos meses. Ya que estos productos llevan una composición de sustancias denominadas filtros capaces de frenar la acción de uno u otro tipo de radiación.
Existen varios tipos de fotoprotección:
Fotoprotección física: Son todos aquellos elementos que actúan como barreras entre el sol y la persona. Es el caso de la ropa, los sombreros y las gafas que impiden que las radiaciones lleguen al individuo.
La capa de ozono también funciona como un fotoprotector físico, ya que impide el paso de parte de las radiaciones ultravioleta B (UVB), responsables de las quemaduras solares y los cánceres cutáneos.
Fotoprotección biológica: Son las defensas que genera la propia persona frente al sol, como por ejemplo el bronceado, que se produce al activarse la producción de melanina (pigmento natural que da color a la piel) por la acción del sol, y que en cierta medida protege la piel frente a las quemaduras solares y el cáncer.
Fotoprotección química: Consiste en la utilización de productos denominados fotoprotectores, que aplicados sobre la piel la protegen de los efectos perjudiciales de las radiaciones ultravioleta.
¿Cómo utilizar correctamente los fotoprotectores?
Utiliza protectores solares adecuados a sus características físicas y que contengan filtros frente a los rayos UVA y UVB.
Usa la cantidad suficiente, cubriendo toda la superficie corporal. No olvides zonas como las orejas o el cuero cabelludo en el caso de los niños pequeños y calvicie.
Aplica los productos siempre con la piel seca. Si la piel esta mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
Realiza la primera aplicación al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
Durante la exposición solar reponga el fotoprotector después de cada baño prolongado (más de 20 minutos) o cada dos horas.
Emplea fotoprotectores resistentes al agua y repóngalos después de cada baño superior a los 20 minutos.
Este verano disfruta del mar y la piscina pero hazlo siempre protegido y no te quemes pues es un factor de riesgo para tu salud y así evitar males mayores.
Fuente: Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)
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