El reconocido grafitero valenciano Adrián Mateo Rubio, conocido artísticamente como Dridali, ha dejado su huella en el corazón de Benissa con una impresionante obra de arte que nos traslada a la costa y rinde homenaje a Pere Bigot. El mural, ubicado en una de las paredes de la Plaça Rector Salvador Fuster, nos transporta a pleno al paseo ecológico, convirtiendo una vieja pared en una ventana a la Fustera. Una idea de otro Adrián, en este caso Adrián Cabrera el concejal de Imagen Urbana.

Además no sabemos si estará sentado en uno de los bancos de #benissaestademoda, pero Pere Bigot aparece en el gran mural tocando su acordeón rodeado de los pequeños del pueblo.

Yo nunca elegí ser pintor, fue la pintura quien me eligió a mí. Siempre quise adentrarme en el arte de la enseñanza, en el oficio de Magisterio y es en lo que finalmente desembocaré, pero aún me queda mucho que aprender.

La obra de Dridali no solo embellece el paisaje urbano de Benissa, sino que también celebra la rica historia y cultura del pueblo, conectando a sus habitantes con su patrimonio a través del arte. Un primer grafiti que los benisseros esperan que no sea el último.

«En este nuevo camino, la pintura me está llevando de manera natural al descubrimiento de nuevos lugares, experiencias y personas, factores fundamentales para el encuentro con uno mismo. Después de todos estos años, he aprendido que el resultado de la obra no me importa tanto como la narrativa de la pintura, es decir, la investigación y disfrute del proceso de creación. »

Ahora cuando pasees por Benissa te sorprenderá  la magia de Dridali, quien hace que cada uno de sus graffitis trascienda sus orígenes urbanos para convierte en una obra de arte, no solo para embellecer el espacio, sino también para narrar historias, despertar emociones y conectar a las personas con su entorno de una manera única y profunda.

BIENVENIDO A LA MARINA ALTA