La Puríssima Xiqueta, la venerada patrona de Benissa, celebra su 400 aniversario con una serie de procesiones conmovedoras que prometen unir a la comunidad en una muestra de fe y tradición. Un cumpleaños que no puede tener mejor anfitrión, Salvador Enrique Cebolla, el párroco de la Basílica benissera quien ha trabajado para que esta efeméride no pase por alto.

Este viernes, llega la primera procesión, donde las calles se llenarán de devoción y alegría mientras la imagen sagrada recorre el pueblo, llevando consigo la historia y el espíritu de un pueblo que ha mantenido viva su devoción a través de las generaciones.

A esta se le sumará la de la semana que viene, la del cuarto domingo de abril, Día de la Patrona, y el Día de la Huità donde los patronos de las ermitas rurales visitarán a la Puríssima para participar de una preciosa procesión.

La emoción es palpable; se siente en el aire, en las miradas compartidas y en los preparativos meticulosos. Para muchos, este no es solo un evento religioso, sino una oportunidad para reconectar con su herencia, sus vecinos y su fe.

Las procesiones de este año son especialmente significativas, ya que cada paso de la Puríssima Xiqueta por las calles representa un abrazo colectivo, un gesto de solidaridad y un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la comunidad permanece fuerte y unida.

Un Legado Vivo

El 400 aniversario de la Puríssima Xiqueta no es solo una mirada al pasado, sino también una promesa para el futuro. Es una afirmación de que la tradición y la fe seguirán siendo pilares de la identidad de Benissa, inspirando a las futuras generaciones a mantener viva la llama de la devoción.

Este viernes, Benissa no solo celebrará a su patrona; celebrará su espíritu comunitario, su resiliencia y su capacidad para encontrar belleza y significado en la tradición. La Puríssima Xiqueta, más que una imagen, es el reflejo del alma de un pueblo que sabe que su mayor fuerza reside en su unidad y su fe.