En su mochila se traen a Teulada Moraira la ascensión a las dos montañas más altas y siete 4.000. Toda una aventura
Verano 2019
Un país: Irán
Un reto: ascender la montaña más alta del país, Damavand
Altitud: 5.610 metros
Así comienza una nueva historia, una nueva aventura de estos intrépidos montañeros, Carolina Trápaga y José Villegas. Un matrimonio cántabro afincado en Teulada Moraira desde hace muchísimos años. Dos aventureros que llevan en la sangre el descubrir y explorar nuevos países recorriendo sus tesoros, las montañas.
Recién aterrizados, con miles de kilómetros a sus espaldas y una mochila llena de recuerdos, momentos, experiencias y anécdotas, El Mirall de La Marina quedó con ellos para conversar y conocer cómo ha sido esta nueva experiencia.
Basta observarles unos minutos para darse cuenta del brillo que desprenden sus ojos al hablar de su viaje, pero ¿Cómo nace la idea de explorar este país y sus montañas? Carolina nos cuenta que tras su última expedición en Georgia vieron colgado un mapa de Irán con el título los “Alpes Iraníes” y junto a los compañeros que iban comenzaron a notar esa curiosidad y el saber cómo eran esas montañas. Así que se preguntaron por qué no ir el próximo año. Y así fue, el 1 de agosto, se embarcaron en esta nueva aventura rumbo Teherán con un objetivo: descubrir las increíbles montañas que alberga este país.
Carolina y Pepe nos explican que el problema que tiene Irán es la falta de información a través de Internet y estando allí también, porque “llegamos a ir a la Federación de Montaña para que nos dieran algún plano para situarnos y como tienen problemas con fronteras y demás, nos proporcionaron un plano que estaba sacado vía satélite a 8 km del suelo. Entonces, claro, los planos son muy deficientes y tienes que ir un poco con tu intuición, con tu GPS para no perderte. Esa es la dificultad, no hay información”.
Junto a sus tres compañeros, también procedentes de la provincia de Alicante, y tras pasar un par de días en la capital de Irán, se trasladaron a Kelardasht para ascender al segundo pico más alto, el Alam-Kuh con 4.850 metros de altitud.
Pero aquí no quedó eso, sino que para aclimatarse antes de hacer el pico deseado desde su campo base que instalaron a 2.500 metros, subieron hasta 7 cuatro miles para ir preparándose para subir el Damavand. Y es que, nos comentan, “Irán tiene 70 montañas que superan los 4.000 m de altitud, todo un paraíso para los aficionados a la montaña. Lástima que no haya información, porque dificulta su acceso”.
Tras esta primera incursión se trasladaron hacia otra zona, Alamut Valley, muy famosa en Irán, para subir otros 4.000 m allí están los conocidos montes Alborz. Pepe nos explica que una vez aclimatados y preparados pusimos rumbo a Nandal, punto de partida para subir al Damavand por la cara norte. “Elegimos esta cara, porque la mayoría de gente sube por la sur, hay demasiada gente dado que es más popular, por lo que subimos pegados a un glaciar”.
Toda una verdadera experiencia, con 20 kilos a la espalda, tres noches en distintos campos base, con una climatología favorable y 5.610 m a ascender. Además, el último tramo con un desnivel de unos 2.000m, a todo ello, hay que sumar la dificultad de andar por la montaña, ya que el terreno era desagradable, muy suelto y poco claro sin ver la trazada correcta, nos explican estos dos aventureros.
“Es una verdadera pasada estar en el volcán más alto de Asia que, aunque no tiene actividad volcánica existen algunas fumarolas cerca del cráter de la cumbre que depositan azufre y te llama la atención el color amarillo tan fuerte que contrasta con la piedra roja por la que vas ascendiendo”, destaca Carolina.
“La sensación al ascender es tan satisfactoria”, relatan, “cuando llegas arriba todos los montañeros nos abrazamos y nos felicitamos, aunque no nos conozcamos”. Si bien nos recalcan que uno de los principales problemas que han tenido es que no había agua en ningún campo y tenían que desplazarse a buscarla a los neveros tanto para beber como para cocinar. “Preguntamos a guías o gente de la zona y unos nos decían que sí otros que no, por lo que te genera una gran duda”.
En cuanto a las sensaciones vividas en esta expedición para Carolina “Irán es una joya oculta. Es un país que EE.UU lo tiene pisoteado y la gente desconoce todo lo que hay allí que es muchísimo”.
Pepe se queda con la gente y el trato, “la verdad es que ha sido excesivo el trato de todas las personas que nos hemos encontrado, yendo por libre, en ningún momento hemos tenido la sensación de peligro en ninguna ciudad, ni pueblo. Y ha sido una verdadera sorpresa el país, muy recomendable a nivel turístico y el poder conocer sus montañas”.
Carolina y Pepe suman a su mochila montañera una cima más, pero conociéndolos ya están pensando cuál será la próxima, porque como bien dicen ellos “es tan satisfactorio cuando sales de noche hacia esa montaña y de repente empieza a abrirse el día, te giras y ves como sale el sol por debajo de ti. Impacta tanto……”.
Gracias al testimonio de esta pareja de montañeros hemos viajado virtualmente por ese país, por esas montañas y nos hemos nutrido de sus sensaciones y experiencias. Mil gracias Carolina y Pepe por compartirlo con los lectores de www.elmiralldelamarina.es
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