El joven calpino ha participado en la carrera más dura por etapas de América, The Coastal Challenge
Aventura en ebullición, sensaciones, alegría, disfrutar, paisajes de ensueño, compañerismo y correr, correr, correr…. Son algunas pinceladas que podrían resumir el gran desafío que ha vivido este joven camaleónico por la selva de Costa Rica. Recién aterrizado El Mirall de la Marina ha querido saber cómo se siente y a través de su testimonio viajamos a miles de kilómetros, si bien nos quedamos con esta afirmación: “Hubiera podido seguir corriendo”. ¡¡¡Pura energía!!!
Santi, en primer lugar felicitarte por lograr tú nuevo desafío ¿Cómo te sientes? Y tus piernas ¿resentidas?
La verdad es que me siento muy bien. He tenido mucha suerte, porque no me he caído ninguna vez, los pies perfectos, sin ninguna rozadura, ampolla. Están perfectos. Físicamente tampoco he tenido ningún golpe, ninguna molestia. He estado muy bien durante toda la carrera. Todo esto se debe al entrenamiento, ya que he entrenado, por fin, como es debido y se ha visto reflejado en toda la carrera, por lo que he disfrutado corriendo, sin sufrir, y me he quedado con ganas de más. Hubiera podido seguir corriendo.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Super bonita, ya que es un tipo de terreno espectacular. Costa Rica es maravillosa, lo bien cuidado y protegido que está todo, no hay edificaciones enormes, la jungla está intacta, la fauna, etc. todo muy cuidado. Solo hay un tipo de casetas que la gente las tiene muy bien integradas en la jungla. Es un lugar precioso, la totalidad de las playas son vírgenes. Es todo muy salvaje. En algunas etapas de la carrera los de la organización las abrieron a machete, es decir, por ahí no había pasado nunca un humano, hemos sido los primeros. En definitiva, son unos paisajes muy auténticos y muy puros, toda la zona de montaña, ríos, playas, jungla impresionante. Pero la experiencia total con la que te quedas ha sido el compañerismo, al igual que me pasó en el Desierto, al haber 100 personas, nos conocíamos todos en el campamento, los españoles hicimos una amistad tremenda, siempre apoyándonos y animándonos los unos a los otros. Por lo que me he venido con muy buenos amigos y es una de las cosas más importantes.
Recorrer 235 km en seis etapas, con un desnivel de más de 10.000 metros, aguantar el calor y la alta humedad ¿Duro, eh?
Al principio, no sabes lo que te vas a encontrar, tampoco es miedo, pero si mucho respeto porque has escuchado y visto muchos testimonios de otros participantes. Lo que te encuentras es bastante extremo en tema de calor, humedad, cruzar ríos, dormir en tiendas de campañas, los animales peligrosos que hay en la zona. Todo esto te das cuenta el primer día en la primera etapa, entonces me sorprendí que fuera tan bien el primer día, por lo que pensé si no me caigo, ni me lesiono y no me pasa nada extraño iba a terminar la carrera. Lo pensé en la primera etapa, se me dio bastante bien, porque es una carrera parecida a las “trails” de montaña, muy diferente a lo que me encontré en el desierto, que no ves el final, algo muy monótono.
Sin embargo, aquí las etapas se hacían muy llevaderas, entretenidas, observando el paisaje, hablando con compañeros, de repente te tenías que agachar y pasar por debajo de algún tronco caído, ir por la jungla, bajadas, subidas, te perdías, volvías a encontrar el sendero, ríos, otras te subías en un barco durante 10 minutos para pasar al otro lado del río, te encontrabas con monos, serpientes, es decir, muy entretenido y super bonito. Entonces, se ha hecho duro, pero muy llevadero y precioso.
Una carrera retadora, a nivel físico y mental, por la variedad de escenarios, y clima ¿no?
El tema de la humedad y el calor ha sido brutal. Para que os hagáis una idea de lo que he sentido allí es como en Calpe en agosto a mediodía que paseas por la playa y hace un calor que te agota con solo andar, pues eso sería fresquito con respecto a lo que vivimos en la carrera. Ha sido muy bestial, pero lo he podido tolerar, otros se han desmayado y les ha pasado de todo. A mí me ha ido bien, si bien a veces cuando pasabas por la jungla la sensación era como una bola de fuego , terrible, pero llegabas a un río, te tirabas y te refrescabas unos minutos para seguir de nuevo.
¿Cómo entrenas a la mente para que no te juegue una mala pasada en esos momentos?
En otras carreras sí que la mente te juega malas pasadas, la engañas diciéndole “dentro de 10 minutos te tomas una gominola, dentro de 3km habrá un avituallamiento y te tomarás sandía fresca”. Pero en este caso estaba disfrutando tanto mirando los paisajes, que no he sufrido, sí que tuve dos días malos. Un día tenía las pulsaciones muy altas, y paraba constantemente para bajarlas, respiraba, y otro, que hubo mucho tramo sin río por lo que noté que tenía que mojarme todo el rato con agua. Pero dos de seis, tampoco está tan mal.
Es una carrera que piensas que tienes muchos premios en el sentido que te encuentras puntos de avituallamiento, tienes agua fresca, te la echan, puedes comer piña, sandía muy fresca, tus compañeros te esperan en la salida, te animan, etc. Si hay momentos que la engañas a la mente, pero no me ha hecho tanta falta porque eran escenarios en los que me sentía un auténtico privilegiado de poder estar allí y disfrutar de esta aventura, y pensaba ojalá estuviera aquí mi familia para poder verlo…. Si no estás allí no se puede comprender.
¿Qué le motiva a Santi Ferrando en cada etapa por el litoral pacífico?
En cada etapa encuentras mucha motivación en lo que son los paisajes, el pensar qué me encuentro mañana, qué animales voy a ver, qué paisajes, aventura, con qué compañeros voy a competir. Preocupado a la vez porque tus compañeros terminen, ojalá pueda ayudar alguno… Esto es lo que piensa Santi en cada etapa, porque en cada una estás más cerca de tu objetivo, y al mismo tiempo, estás triste, porque piensas que se acaba…En definitiva, me lo estaba pasando bomba, estaba en mi salsa, viviendo aventuras todos los días y disfrutando mucho.
¿Hay tiempo para la reflexión?
Quizá en esta carrera no ha habido tanto tiempo para la reflexión, ocurre más en carreras más monótonas tipo maratones, desierto, etc. Allí la mente si trabaja mucho, pero en ésta se necesitaba estar despierto para ir viendo lo que había alrededor, sitios vírgenes y sólo pensaba qué privilegiado soy de estar admirando esto. Vivía cada etapa, lugar y el sitio en el que estaba.
Correr y conseguir finalizar cada etapa de esta dura carrera debe ser algo muy gratificante ¿Qué se siente?
Sientes que cada vez estás más cerca de tu objetivo: terminar la carrera más dura por etapas de América, pero al mismo tiempo sientes que finaliza esta aventura, y que no todos los años hago este tipo de carreras ¿no? Tengo que esperar un año a vivir este tipo de aventuras, pero acabas la etapa y te sientes tan bien, no te duele nada, has hecho un montón de fotos de lugares espectaculares, ves que tus compañeros han acabado. Terminas, te echas unas risas, duermes, conversas.. Además, al ser un grupo tan reducido he estado muy cerca de los élites, los 20 primeros, que son corredores que se dedican a eso, gente que ha estado en las Olimpiadas, que ha ganado mil carreras por todo el mundo. Estás cerca de ellos y te das cuenta que son personas normales, que se puede hablar tranquilamente, que te ayudan, y en algunas etapas de la carrera correr juntos. Eso ha sido muy chulo.
¿Cuál ha sido la mejor experiencia vivida en Costa Rica?
De Costa Rica me quedo con muchas cosas. La aventura ha sido una pasada, pero la unión de los compañeros y la convivencia lo hacen muy especial. Yo voy a muchas carreras, como la mayoría, solo, y no consigues esa experiencia humana con la gente, pero en este tipo de carreras por etapas forjas una amistad muy especial, ya que a todos nos une la misma pasión, sufrimos igual, tenemos diferentes niveles… El paisaje también ha sido espectacular, pero los compañeros han sido impresionantes consiguiendo crear una gran amistad.
¿Y la peor?
No puedo decir nada que ha sido lo peor, porque ha sido una experiencia muy gratificante y todo ha salido muy bien. Por decir algo que no me ha gustado han sido las hormigas, yo pensaba que los mosquitos iban a ser algo fastidioso, pero no vi ninguno, en cambio las hormigas eran horribles. Tuve dos malas experiencias, un día haciendo cola para la comida pisé un hormiguero con chanclas y empezaron a subirme por la pierna y te muerden, y en un momento, me vi 300 hormigas en mi pierna, un horror hasta que consigues quitártelas todas. Y la segunda, es que en mitad de una etapa me paré un momento para sacar una cosa de la mochila, me senté, dejé la mochila en el suelo, y al ponérmela empecé a notar picotazos, me la quité y estaba toda llena de hormigas. Pero bueno es parte de la aventura te pican bichos y ya está.
Supongo que el momento de llegar a la meta, la adrenalina irá a mil por hora ¿No?
El último día que fue la sexta etapa fue mi mejor día, que logré terminar en el top 20. Era un día que eran solo 22km, no habían tantas subidas y bajadas, trozos planos. Entonces, tuve la oportunidad de correr bastante, pasar a mucha gente y cuando llegué a meta habían unos compañeros que ya había terminado como Chema Martínez y todos gritando por el megáfono y fue un momento muy especial, pero a la vez triste porque pensaba que la aventura ya había acabado y me había quedado con ganas de más. Momento de subidón, al ver a todos en meta al llegar. ¡¡¡Muy especial!!!
De las tres aventuras logradas, Marathon des Sables, Hong Kong 100 Ultra Marathon y The Coastal Challenge ¿Cuál ha sido la más desafiante?
La verdad es que cada aventura tiene lo suyo, pero también me he dado cuenta que todo depende de la preparación con la que vas. La de Hong Kong es la de menor distancia pero tienes que correr 100 km de golpe, y se hizo bastante dura por el temporal que hubo y lo máximo que había corrido yo eran 50km y tuve que hacer 100. Por lo que fue muy dura, y la siguiente el Marathon des Sables fueron 265 km en 6 días por el desierto, terrible, con días muy malos de temporales, tormentas de arena, temperaturas muy altas por el día y muy bajas por la noche.
La que más me costó a mí personalmente fue la del Marathon des Sables, lo pasé muy mal por el tema de correr con 10 kilos de peso de la mochila, me hubiera tenido que preparar más.
¿Cuál es la próxima locura que tienes pensada?
Carreras de este estilo por etapas de distancia de más de 200km quiero hacer una al año como máximo, porque son carreras que económicamente son caras y tienen mucho desgaste para el cuerpo. Para el próximo año tengo algunas vistas, pero aún no puedo adelantar nada.
Ahora lo que si que haré es más asfalto, voy a cambiar por la montaña, algo más light….
Tras escuchar cada una de las sensaciones que nos narra Santi Ferrando lo que único que te da gana es de salir y dar un par de vueltas. ¡¡¡Felicidades!!!!
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