Piérdete por sus bellos pueblos y disfruta del paisaje del interior de la Marina Alta
Viajar a La Vall de Gallinera es disfrutar de un pulmón verde en el interior de esta comarca. Con cerca de 676 habitantes se ha convertido poco a poco en un pequeño paraíso del denominado “ecoturismo” atraído por turistas, ciclistas, senderistas, en definitiva, amantes de la naturaleza.
Y, es que la Marina Alta, no solo ofrece sol y playa, ya que posee un interior único, con mucho encanto y con muchas posibilidades de hacer turismo en familia. Como es el caso de este Valle con una rica gastronomía, historia, pinturas rupestres, rutas de senderismo y de montaña con el que descubrir lugares de ensueño.
Un entorno en el que podemos observar la armonía existente entre la montaña y los campos de cerezos, olivos, almendros, algarrobos y naranjos, y como no, sus tradicionales abancalamientos sostenidos por kilómetros y kilómetros de muros de piedra en seco.
Y si algo les caracteriza y les diferencia del resto es el cultivo de la cereza, producto con Indicación Geográfica Protegida. Una buena ocasión también para visitarla es en su época de floración donde los campos ofrecen espectaculares instantáneas, y en su cosecha, puedes adquirirlas en la cooperativa y degustar todo los productos que se derivan de esta deliciosa fruta.
Al adentrarnos en la Vall podemos recorrer y perdernos por sus ocho pueblos, Benirrama, Benialí, Benissivá, Benitaia, Alpatró, La carroja, Llombai y Benissili, ya que ofertan una “Ruta de los 8 pueblos”, en el que descubrir cada uno de ellos, sus estrellas calles, su oferta gastronómica como “L´olleta de blat picat” o els “Mintxos” y sobre todo conversar con sus gentes.
De entre los atractivos del lugar hay que destacar, las numerosas fuentes de agua natural que hay repartidas a lo largo de todo el valle, algunas de ellas convertidas en lavaderos tradicionales dotados de un alto valor etnológico.
Además, el valle está dotado de un extenso patrimonio histórico y cultural destacando los abrigos de arte rupestre declarados Patrimonio de la Humanidad y los dos castillos que antiguamente custodiaban las entradas al valle, el castillo de Gallinera, también llamado de Benirrama, y el de Alcalà también llamado de Benissili, cuyo origen se remonta al S. XI y en el XIII fueron el lugar de residencia de Al-Azraq, célebre príncipe musulmán considerado el estandarte de la resistencia contra los cristianos del Rey Jaume I.
Pero el elemento topográfico más conocido y representativo de La Vall de Gallinera es la Penya Foradà, que en los meses de marzo y octubre, nos ofrece un espectáculo inaudito, la famosa alineación solar de la Foradà con el antiguo emplazamiento del convento franciscano de Benitaia. La alineación solar se remonta a 1611, cuando los frailes franciscanos que erigieron junto a Benitaia un convento con el patrocinio del Duque de Gandía, quisieron que éste fuera ubicado en el lugar preciso donde, coincidiendo con el día de celebración de su patrón San Francisco de Asís (4 de octubre), los rayos del Sol atravesaran la Foradá e iluminaran esta construcción y quién sabe si también una estatua del santo.
Y, para los amantes del senderismo, ofrece múltiples opciones para disfrutar de la majestuosidad del entorno, como la PR-V 43 con 37 km o senderos en el que recorrer sus montañas, entre otros.
Un Valle donde el silencio reina, un Valle en el que al adentrarnos por sus callejuelas perderemos la noción del tiempo, un Valle que nos atrapará por sus frondosos bosques. Un valle en el que nos queremos despedir desde el Mirador del Xap, a 630 metros de altitud, y contemplando esta panorámica de todo su conjunto, desde la Sierra de la Almudaina hasta el mar Mediterráneo.
Descubre el interior de la Marina Alta. Te cautivará!!
NOTA: Algunas imágenes publicadas son de la Oficina de Turismo Pego y Les Valls
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