Sus monumentos y rincones más característicos hacen de este lugar un pueblo con encanto
Si antes de finalizar el 2017 conocíamos la nueva imagen institucional del Ayuntamiento de Benissa, hoy, en los primeros días de 2018 y en nuestro apartado de Turismo, queremos hacer un recorrido para conocer los iconos benisseros que se han convertido en el nuevo logotipo.
Una visita que empezamos en el lugar que no podía faltar en esta marca, la Iglesia de la Puríssima Xiqueta, datada en el siglo XX (1902) y que se construye gracias a la donación de algunos particulares y a la colaboración de todos los ciudadanos. Un edificio de estilo neogótico, de tres naves, en el que destaca la belleza de su cimborrio central o su altar presidido por la imagen de la Puríssima Xiqueta, patrona del municipio y que se convierte en visita obliga a todos aquellos que se acerquen a este bello municipio de la Marina Alta.
Al salir por su puerta nos encontramos con otra de las imágenes escogidas para esta nueva marca: la fuente. ¿Quién no se ha hecho una foto delante de ella? Sobre todo en las fiestas patronales no puede faltar la típica instantánea. Una bella fuente que se instaló a principios de los años 70 para conmemorar la llegada del agua potable al municipio siendo alcalde, Salvador Ivars Ortolá.
Una vez con la fuente grabada en nuestras retinas y guardada en nuestra cámara de fotos, tras posar delante de ella, nos vamos a la calle paralela, la Puríssima, donde encontraremos dos de los iconos de la nueva imagen benissera.
Primero nos encontramos con el monumento al Riberer, un homenaje a los benisseros que, durante siglos y dos veces al año, se desplazaban caminando hasta los campos de la Ribera del Júcar, en la provincia de Valencia, para poder trabajar como emigrantes temporales en el cultivo y la recolección del arroz. La apreciada escultura les representa en el momento en el que, en el camino viejo de Valencia, rezaban una Salve desde una roca, siendo esta, el último punto donde se divisaba el campanario de la vieja iglesia fortaleza.
Unos metros más adelante, en la misma calle, nos encontramos con la Sala del Consell, construida a finales del siglo XVI. Un edificio cuya función principal fue la de almacén para la contratación y venta de trigo, comercio que era transcendental en la época medieval. También fue utilizada como Casa de la Vila (lo que hoy sería el Ayuntamiento), alojando entre otras salas el archivo e incluso la prisión. En el siglo XX fue una escuela unitaria de Primeras Letras y Academia de Bachillerato. En su interior se conserva una máquina para mondar almendras, inventada y patentada por el industrial local Silvestre Ivars.
Tras esta visita por los diferentes iconos que encontramos en el mismo corazón urbano, nos trasladamos a los extrarradios para visitar alguno dels llavadors que tiene el munipio. Situados en el Pou d’avall, Orxelles, Nusols, Santa Ana y Bèrnia, nos encontramos con ellos. Situados a una distancia prudencial del pueblo, cumplieron siglo tras siglo su misión: abastecer de agua a personas y animales, un lugar donde limpiar la ropa y aprovechar las aguas sobrantes para regar los campos de secanos hasta convertirlos en verdes huertos.
Mirando la nueva imagen institucional nos encontramos con el Pont del Quisi, una auténtica joya dela arquitectura industrial. Así que cogemos el coche y nos vamos hasta la partida que le da nombre. Una vez allí nos encontramos con la enorme estructura de hierro construida en el año 1911, para dar servicio al Trenet de la Marina, sustentada sobre cinco grandes columnas que lo convirtieron en el puente de mayor longitud del ferrocarril Dénia-Alicante.
Y ya montados en el coche nuestra próxima parada es el Paseo Ecológico de Benissa, con suaves escaleras que facilitan el paso. Una senda costera que ofrece diferentes itinerarios con los que quedar maravillados. Este es el mejor viaje que se puede hacer por el litoral de Benissa, con una dificultad mínima, y con un tiempo estimado de hora y media en cada uno de los itinerarios en los que se encuentran paneles informativos que describen diversos aspectos de la cultura local, historia y la riqueza botánica o geológica que encuentra el caminante a su paso.
Y para finalizar nuestra visita guiada, de la que nos ha servido como fuente de inspiración la nueva imagen institucional de Benissa, nos encontramos con la Sierra de Bèrnia, que corona este logotipo y se convierte en una visita obligada para los amantes de la montaña. Una ruta por esta muralla natural orientada de Este a Oeste que se alza majestuosa hasta una altitud de 1.129 metros separando la comarca de la Marina Alta y Baixa tanto física como climáticamente como puedes comprobar dando solo unos pasos al atravesar el forat.
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